lunes, 7 de febrero de 2011

Maruja Mallo. Una artista en libertad, una mujer libre

   El 26 de mayo de 1928 en las salas de redacción de la orteguiana Revista de Occidente se inauguró una exposición trascendental. Recogía las obras de una joven pintora. Su nombre era Maruja Mallo. Nunca más dichas salas volvieron a cobijar y dar respaldo entre sus paredes a ninguna manifestación artística más. Fue la primera y única vez. José Ortega y Gasset era un misógino confeso. ¿Qué tenía Maruja Mallo para que él hiciera esta excepción, para que se rindiera ante su genio? Eso mismo, genio. Artístico y de carácter.
   No era la primera vez que Ana María Manuela Isabel Josefa Gómez González (Viveiro (Lugo), 1902-Madrid, 1995) rompía moldes. Desde el primer momento Maruja supuso un paso adelante y firme en la equiparación del hombre y la mujer en los espacios sociales y artísticos, rompió una lanza a favor de la mujer como sujeto activo y luchó por su liberación de la esclavitud a la que la sociedad y la iglesia la sometían. Y esta labor la llevo a cabo dentro de una sociedad que condenaba a la mujer a no salirse de su estereotipo de “ángel del hogar”, a cumplir su exclusiva misión de madre y ama de casa; que desacreditaba las capacidades intelectuales de la mujer desde las tribunas de los libros, los periódicos o los estudios supuestamente científicos y que temblaba de miedo al ver tambalearse las estructuras sociofamiliares vigentes y la preeminencia indiscutible del varón, considerando una amenaza apocalíptica la irrupción de la mujer en el universo laboral e intelectual.

   Cuando Maruja llega a Madrid e ingresa en 1922 en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, siendo la única mujer que ese año aprueba el examen de la convocatoria de ingreso, conoce y establece amistad con Salvador Dalí, quien la introduce en el grupo de la Residencia de Estudiantes. A partir de ese momento, y en años sucesivos, su círculo de relaciones se ve conformado por Federico García Lorca, Gregorio Prieto, Luis Buñuel, Rafael Alberti, con quien mantendrá una relación amorosa hasta 1930, María Zambrano, la poeta Concha Méndez, hasta entonces novia secreta de un castrador y misógino Luis Buñuel, y Margarita Manso. Junto a Concha Méndez recorre todos los barrios y calles de Madrid en busca de inspiración para sus obras y la poeta se suma al gesto transgresor inaugurado por Mallo, Margarita Manso, Lorca y Dalí del “sinsombrerismo”, eliminando de sus atuendos el uso del sombrero y recorriendo las calles de la capital con la cabeza descubierta, lo que les reportaba continuas agresiones verbales, incluso con lanzamiento de piedras de por medio, por parte de los consternados transeúntes. Y no tan sólo eso, las dos grandes amigas, Mallo y Méndez, continúan escandalizando a la sociedad disfrutando de la noche madrileña y siendo acompañadas por hombres. De hecho, las salidas nocturnas de la pintora con el grupo formado por Dalí, Buñuel y Barradas quedan reflejadas en el Sueño noctámbulo de Dalí, pintado a finales de 1922, y en el que la pintora gallega aparece retratada en cuatro ocasiones, mostrando en una de ellas el cariñoso gesto de apoyar su cabeza cansada sobre el hombro de Dalí.
   Las transgresiones de Maruja no se limitan a las actitudes sociales; a nivel intelectual también marcó diferencias con respecto al papel secundario de la inmensa mayoría de las mujeres de su época y, además de las tertulias de la Residencia de Estudiantes, Mallo frecuenta asiduamente las de los domingos en casa de María Zambrano, siendo ella la única mujer, así como la mítica del café Pombo, liderada por Ramón Gómez de la Serna. Incluso su participación en el triángulo dorado de la Residencia de Estudiantes formado por Buñuel, Lorca y Dalí, no fue meramente anecdótica, sino que, como afirma Shirley Mangini en Las modernas de Madrid. Las grandes intelectuales españolas de la vanguardia, Maruja Mallo supo convertir “al grupo en cuadrangular, pues generó intensa colaboración intelectual y personal entre los cuatro”. Aún más, “el hecho de que haya perdurado la fama internacional de los tres hasta hoy día, y que Mallo desapareciera de las páginas de la historia del arte por un boicot tácito, ha distorsionado la realidad cultural de aquel entonces”.
   De igual modo, a través de sus lienzos, Maruja Mallo apuesta decisivamente por la imagen de la mujer moderna, con una fuerte presencia en la vertiente pública y lúdica de la sociedad y abogando por la vida al aire libre y el deporte. En su serie dedicada a las Verbenas (1927), manifestación del populismo más exacerbado, la mujer asume un papel activo e independiente al presentársenos en primer plano, en el centro del lienzo, sonriente y desinhibida, con los brazos abiertos dispuesta a abrazar los deleites mundanos.
   Asimismo, y según se desprende del análisis realizado por María Soledad Fernández Utrera, en La mujer de la cabra (1927) se evidencia el destacado enfrentamiento entre el papel tradicional femenino, vinculado exclusivamente al ámbito familiar y doméstico, y el caminar valiente y decidido de la mujer nueva, segura de sí misma, reivindicando el espacio público y alejándose de tradiciones y convencionalismos.
   En Elementos para el deporte (1927) y en la actualmente desaparecida Ciclista (1927) se exalta la cultura del ocio deportivo como uno de los pilares de los nuevos horizontes abiertos a la mujer dinámica, y en clara contraposición a las prácticas conservadoras de la época en las que el ocio de la mujer se reducía a refinadas labores caseras, que excluyesen cualquier esfuerzo físico que pudiese arruinar la imagen y los inmaculados atuendos femeninos. De hecho, Ciclista, protagonizada por una joven en bañador montando en bicicleta para la que Maruja Mallo tomó como modelo a su amiga Concha Méndez, se ha interpretado como una obra reivindicativa. No hemos de olvidar que esta práctica deportiva constituyó todo un símbolo de la lucha feminista, y, a través de ella, la pintora manifestó las características de las mujeres modernas y artistas vanguardistas que trataban de abolir las barreras que las aprisionaban dentro de la esfera de lo femenino.
   Más tarde otros hitos artísticos jalonarían la trayectoria de Maruja, como su participación en la Escuela de Vallecas, de la que nacería su serie Cloacas y campanarios; la decisiva colaboración e influencia mutua con Alberti; la beca concedida por la Junta de Ampliación de Estudios que le posibilitaría ir a París, donde comenzaría su etapa surrealista, cuyo máximo exponente sería El espantapájaros, obra comprada por André Breton, padre de dicho movimiento. Después llegaría su compromiso con la República y las Misiones pedagógicas, la Guerra Civil, el exilio a Chile, el olvido en España de su obra y su persona, el regreso, la adopción por la cultura ochentera de un mito creado por ella misma, de un personaje pintarrajeado y charlatán que contaba anécdotas acerca de su vida junto a las grandes figuras artísticas y que se escuchan como desvaríos de vieja, sin descubrir, hasta mucho después, toda la cruda realidad que encerraban. La realidad de una artista en libertad que jugó un papel decisivo en las vanguardias históricas españolas, la realidad de una mujer libre que pagó este delito con el olvido al que fue condenada.
   Y ya en pleno siglo XXI esta artista ha continuado cosechando triunfos, ha continuado rompiendo lanzas denunciadoras de la situación de relegación que sufren las mujeres artistas aún hoy en día. Del 26 de enero al 4 de abril de 2010 la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando que la vio formarse en sus aulas, acogió una retrospectiva dedicada a ella. Era la primera vez que en este escenario se dedicaba una exposición de tal magnitud, abarcando la totalidad de las etapas creativas de su carrera, a una mujer artista. La Academia de San Fernando cerraba el círculo abierto por la Revista de Occidente.


BIBLIOGRAFÍA SOBRE MARUJA MALLO
AZCOAGA, E., “La vuelta de Maruja Mallo”, en Arteguía, Madrid, octubre de 1979.
BONET, J.M., “Maruja Mallo, pura y genial paradoja”, en El País, Madrid, 25 de octubre de 1983.
___, “Recordando a una gran pintora: Maruja Mallo”, en SAMBLANCAT MIRANDA, N. (ed.), Modernas y vanguardistas (1900-1939), Cuadernos Hispanoamericanos, núm. 671, mayo de 2006.
CALVO SERRALLER, F., “Maruja Mallo, invencible en su sueño”, en El País, Madrid, 25 de septiembre de 1983.
CARNERO VÁZQUEZ, Mª. O. [et. al.], Maruja Mallo: la gran ignorada en Galicia, Lugo, Diputación Provincial de Lugo, 1995.
CASSOU, J., “Maruja Mallo”, en Arquitecturas, Madrid, Librería Clan, 1949.
CÓRDOVA ITURBURU, “Una inteligencia a la caza de la armonía: Maruja Mallo”, en El Sol, Buenos Aires, 9 de noviembre de 1939.
CORREDOIRA, P. (ed.), Maruja Mallo, cat. exp., Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, 1993.
DIEGO OTERO, E. de, Maruja Mallo, Madrid, Fundación Mapfre, Colección Grandes maestros españoles del arte moderno y contemporáneo, 2008.
FERRIS, J. L., Maruja Mallo: la gran transgresora del 27, Madrid, Temas de hoy, Colección Biografías y memorias, 2004.
GÁNDARA, C. de la, M. Mallo, Madrid, Servicio de Publicaciones del Ministerio de Educación y Ciencia, Colección Artistas españoles contemporáneos, 1978.
GÓMEZ DE LA SERNA, R., Maruja Mallo, 1928-1942, Buenos Aires, Editorial Losada, 1942.
HUICI MARCH, F. y PÉREZ de AYALA, J. (eds.), Maruja Mallo, cat. exp., Casa das Artes, Vigo, del 10 de septiembre de 2009 al 10 de enero de 2010; Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid, del 26 de enero al 4 de abril de 2010, Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, 2009.
MALLO, M., “Plástica escenográfica”, en Gaceta de Arte, Tenerife, marzo de 1935.
___, “La plástica”, en O.U. Revista de Cultura Moderna, México, agosto-septiembre de 1936.
___, “Proceso histórico de la forma en las artes plásticas”, en Grafos, La Habana, noviembre-diciembre de 1937.
___, “Entrevista”, en Mundo Uruguayo, Montevideo, 25 de septiembre de 1941.
___, “Lo popular en la plástica española a través de mi obra, 1928-1936”, en GÓMEZ DE LA SERNA, R., Maruja Mallo, 1928-1942, Buenos Aires, Editorial Losada, 1942.
___, “La ciencia de la medida y otros temas”, en Nuevo Continente, vol. 1, Buenos Aires, 1947.
___, Homenaje a la Revista de Occidente (carpeta con seis litografías y comentarios), Madrid, 1979.
___, “El Surrealismo a través de mi obra”, en BONET CORREA, A. (ed.), El Surrealismo, Madrid, Cátedra, 1983.
OSMA, G. de, y PÉREZ DE AYALA, J., “Naturalezas vivas, 1941-1944. Catálogo razonado establecido por Guillermo de Osma y Juan Pérez de Ayala”, en Maruja Mallo. Naturalezas vivas, cat. exp., Madrid, Galería Guillermo de Osma, 2002.
PÉREZ DE AYALA, J. y RIVAS, F. (eds.), Maruja Mallo, cat. exp., Madrid, Galería Guillermo de Osma, 1992.
RIVAS, F. (eds.), Maruja Mallo, cat. exp., Madrid, Galería Guillermo de Osma, 1992, pp. 31-43.
VIDAL, C., Maruja Mallo, Vigo, A Nostra Terra, 1999.
YÁÑEZ ANLLÓ, L., “El arte de Maruja Mallo y sus obras en el Museo de Lugo”, en Boletín do Museo Provincial de Lugo, núm. 7, fasc. 1, Lugo, Diputación Provincial de Lugo, 1995-1996, pp. 279-296.
ZANETTA, M. A., La otra cara de la vanguardia. Estudio comparativo de la obra artística de Maruja Mallo, Ángeles Santos y Remedios Varo, Lewiston, Edwin Melle Press, 2006.

6 comentarios:

  1. Es increíble que se haya permitido que una mujer de tan gran valía artística y cultural caiga en el olvido, imperdonable. Hay que reconocer su gran tesón, el valor de luchar contra las férreas imposiciones sociales de su tiempo, su gran valentía al reivindicar el derecho a la igualdad de la mujer. Su gran talento, sus maravillosas pinturas, cuyos personajes parecen a punto de cobrar vida.

    Da gusto aprender con estos posts, beesoos Hele

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes razón, Hele. Maruja Mallo, como buena adelantada a su tiempo, tuvo que lidiar contra muchas trabas sociales y artísticas; sin embargo consiguió crearse un reducto propio de libertad personal y creativa.

      Eliminar
  2. Este pedazo de mujer fue la madre del surrealismo en España, compañera de Dali algunos dicen que rompio incluso antes que él y que André breton adquirio parte de su obra que no se conoce. habría que poneciarla por all,
    Madre del surrealismo
    qué os parece

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La puesta en valía de mujeres artistas que abrieron sendas vanguardistas que después siguieron y reivindicaron como propias otros compañeros varones es una tarea en la que todavía se ha de invertir mucho esfuerzo. Pero, al menos para mí, es una tarea necesaria y un deber para con ellas.

      Eliminar
  3. brillante reseña, transcribo un fragmento y cito tu autoría y blog. gracias por tu divulgación.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Gabriela. Me alegra que te haya gustado y cuento contigo para seguir divulgando la figura y obra de Maruja Mallo, y para reivindicar el protagonismo en el arte de otras tantas mujeres que todavía permanecen en la oscuridad del olvido o de la falta de reconocimiento.

      Eliminar